31 de agosto de 2008

Sencillez y precisión: recursos perdurables


En todas las épocas y en todos los géneros literarios, los escritores mostraron gran preocupación por la búsqueda de la palabra correcta, precisa, insustituible, y por alcanzar un ideal de sencillez tanto en la forma como en el mensaje. Desde Aristóteles, pasando por Horacio, los renacentistas y los neoclásicos, hasta el realismo del siglo XIX y las renovaciones simbolistas del XX, siempre hubo lugar para defender la consigna de que se debe escribir con el lenguaje cotidiano, sin caer en retoricismos ni barroquismos que delaten inseguridad y falta de madurez artística.
Sobre todo –y aquí quiero detenerme-, la sencillez ha sido un ideal buscado por los cuentistas modernos, hablo, pues, de la cuentística que inaugura la obra de Allan Poe. Esa búsqueda está, por ejemplo, en cualquiera de las cartas de Chéjov a sus colegas suplicándoles tachar los fragmentos ociosos; en el afán de Hemingway por que sea la desnuda superficie del iceberg la que invite a imaginar todo lo que ha quedado debajo del agua, sin escribir; o en la contundencia de Cortázar cuando afirma:

"si tienes alguna cosa que decir y no la dices con el exacto y preciso lenguaje con que tiene que ser dicha, pues de alguna manera no la dices o la dices mal".

Y también está, por supuesto, en el inmortal consejo de Quiroga incluido en su "Decálogo del perfecto cuentista", que es como la síntesis de ese ideal:

“No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.”

Podríamos seguir citando, porque fueron muchos los maestros que, además de su producción literaria, dejaron constancia de sus preocupaciones creadoras en textos de inmenso valor testimonial que hoy podemos leer como poéticas y que son, en definitiva, un legado para las futuras generaciones de escritores.

Termino, pues, con un fragmento de una entrevista a Borges, quien, a pesar de haber sido siempre catalogado entre los escritores difíciles (sobre todo por quienes no lo han leído suficiente), también él ha buscado -y encontrado- la sabia sencillez y precisión de las palabras.


"Cuentan que Ulises, harto de prodigios,

lloró de amor al divisar su Itaca

verde y humilde. El arte es esa Itaca

de verde eternidad, no de prodigios."

Borges: "Arte poética"




21 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro, que debe escribirse desde el corazón, y tal y como lo harías si estuvieras con un amig@...con las palabras justas...Parece fácil y que difícil es ¿eh'

Fernando García-Lima dijo...

Además de mostrar mi admiración incondicional por Borges y de compartir el gusto por los textos preci(o)sos, te informo de que es el día del blog (31 de agosto): sin tu permiso, he recomendado tu blog en el mío.

Un abrazo

Arcángel Mirón dijo...

A mi me gusta buscar y buscar hasta encontrar el adjetivo perfecto que evite tres renglones de explicaciones.

Tristancio dijo...

"El adjetivo, cuando no da vida, mata". Me permito contribuir, con este verso de Huidobro, al tema que tratas. Creo que, muchas veces, no hay que buscar la metáfora ni la explicación, por ejemplo, del dolor... que doler ya es mucho.

(Aunque en la literatura, como en todas las artes, nadie tiene la verdad ni la última palabra).

Saludos.-

Hache dijo...

Encontrar la sencillez de la que hablas no es fácil, porque nos cuesta sentirnos "sencillo".

Si alguna vez consigo expresar lo que siento de manera sencilla y ser comprendida, sonrío. Pero no siempre ocurre (aún así sonrío).

Buen blog, volveré.

Anónimo dijo...

exelente post!!!
buenisimo! aparte citar a A.PE..BORGES entre otros....me hizo preguntarme tab por esas palabritas que muchas veces queremos volacr en nuetros escritos diarios....bueno yo no muhco porque como veras,,,escribo con palabras cotidianas y encima algunas veces mal.....
besines amigo!
que tengais un hermoso dia!

Vintage dijo...

Por eso hay tan pocos escritores y escritoras que valgan la pena, sobre todo contemporáneos

muakkkkkkkkkkkkkkkkkkkk

Mónica Sánchez Escuer dijo...

Muy buena tu reflexión. Yo sólo añadiría que muchas veces se confunde sencillez con escritura simple (que ha inundado el mercado literario). La precisión, a la hora de escribir, nunca es sencilla.
Un saludo.

Dejame que te cuente dijo...

ah...la virtud de ser claro y conciso...¡¡
y como se agradece...¡¡
menos ..es mas Diego...
asi lo veo yo...

Gracias por traernos este trocito de Borges....

Un abrazo
:-)

Adriana dijo...

Leyendo todos los post, me quedo con el de Mónica, pues estoy completamente de acuerdo.
Por ejemplo, al señor Coelho, ¿quién le dijo que, a través de sus libros, podía dar lecciones morales o que con dos o tres frases "bonitas", "adornadas" y "pseudoprofundas" se logra ser un "buen escritor"? al parecer con esa fómula cliché y rebuscada, se obtienen buenos dividendos...bueno, en resumidas cuentas me sobrepasa...Ya desde "El Alquimista", colapsé...

Sin embargo, con respecto a esto de la escritura, no sé si busco la palabra exacta, para bien o para mal, éstas dan vueltas en mi cabeza y debo, de tiempo en tiempo, dejarlas salir, que fluyan...con o sin adjetivos, con o sin metáforas...surgen de un ámbito que ni yo logro comprender del todo. Quizás por lo mismo me da tanto pudor mostrar lo que escribo, nunca ha sido con un fin preciso, sólo el de despojarme de estos pensamientos y sentires que abundan en mi cabeza y en mi alma...y así voy pintando...
Es, como alguna vez lo dije, "un placer culpable", una degustación de lo más exquisita.

Y bueno, quiero dejarte Diego, algunas citas, (aquéllas que uso en mis clases...) como una humilde contribución a tu excelente y siempre refrescante escritura. Pues traer a la palestra estos grandes escritores, me confirma que la literatura es y será un amor incondicional. De esos amores que matan, pero de placer...

Espero que les gusten a todos tu asiduos lectores y por sobre todo, a ti:
(ahhh, seleccioné las que me hicieron más sentido, a partir de tu escrito)

"No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo". Oscar Wilde

"La escritura es ese lugar neutro, compuesto, oblicuo, el blanco y negro en donde acaba por perderse toda identidad, comenzando por la propia identidad del cuerpo que escribe".
Roland Barthes, escritor francés.

"El impulso que lleva al escritor a revelar su secreto forma parte de su oficio, que es comunicar. Es común que el artista, tras su descubrimiento que ha efectuado a solas, quiera de inmediato comunicarlo, así sea oralmente. No importa a cuántos. A alguien. En ese instante no piensa que puedan quitarle un tema, copiarle un desarrollo. El arte es generoso, pródigo, dador, y la verdad es que el secreto del escritor sólo adquiere un sentido cuando se hace público".
Mario Benedetti, escritor, poeta y filósofo uruguayo.

"Escribir pese a todo, pese a la desesperación".
Marguerite Duras, escritora francesa.

"Escribo por el placer de contradecir y por la felicidad de estar solo contra todos".
Milan Kundera, escritor checo
(esta cita es notable)

"Los que escriben con claridad tienen lectores; los que escriben oscuramente tienen comentaristas".
Albert Camus, escritor francés

Eso por ahora,
Un abrazo inmenso!! y gracias como siempre...

Germanico dijo...

Capote decia que el arte de esribir bien era decir lo necesario, nada que sobrare ni faltare. Y hasta a Garcia Marquez se le critico que no usara palabras difíciles, sino muy sencillas.

No obstante, Borges, que tal vez es rebuscado, me enseño a enriquecer el vocabulario.

Saludos

Diego dijo...

Bruja: sí, es difícil, y la prueba de esa dificultad está precisamente en la insistencia de los escritores. Un abrazo.

Fer: nuevamente, gracias por esa recomendación. Un abrazo.

Gilda: exacto, y no sólo eso, también es importante la relectura, porque en ella es posible reconocer nuevas palabras que nos lleven a tachar los renglones de más. Un abrazo.

Tristancio: "Doler ya es mucho", es cierto, pero tomar conciencia del significado pleno de las palabras no es fácil, ni siquiera de las más comunes. Y la frase de Huidobro es genial. Un abrazo.

Hache: porque está el error de pensar que sencillo, aplicado a una persona, puede ser sinónimo de "corto de mente", y aplicado a la escritura, de falta de elocuencia. Está claro que no es así. Bienvenida. Un abrazo.

Sauvignona: gracias por tu visita. Un abrazo.

Bolero: yo creo que hay muchos, sólo que no todos pueden tener la suerte de publicar. Un abrazo.

Mónica: estoy totalmente de acuerdo. Cervantes es sencillo, pero nadie diría que es simple su obra. Sin embargo, también yo lamento la cantidad de palabras huecas que inundan páginas y páginas de libros. En la escritura, la sencillez sin arte es mera palabrería; la otra es nada menos que literatura. Un abrazo.

Fire: cuando no se echa de menos, se agradece, así es. Un abrazo.

Adriana: estamos en un terreno difícil, porque hay muchas personas que leen a "ese señor" y podrían sentirse ofendidas si digo que está más cerca del impostor que del literato. Y el problema quizá sea ese, querer elevar al rango de escritor de literatura a alguien que evidentemente no tiene ese objetivo al escribir. Es una cuestión de intención. Para mí, él como tantos otros cumplen una función con la escritura que nada tiene que ver con la literatura. El problema empieza cuando ellos o sus lectores quieren elevar su obra a la altura de la de Galdós, Kundera o Nabokov; o cuando los que no somos sus lectores lo consideramos un impostor sin recordar que su intención no es formar parte del coto de las bellas letras. La intención... ahí está la clave. De todas formas, el debate seguirá siempre abierto, lamentablemente. Gracias por tu aportación, un abrazo.

Diego dijo...

Germanico: sí, tanto Borges como otros grandes nos ayudan a enriquecer el vocabulario, pero no tanto porque nos enseñan una determinada cantidad de palabras nuevas, sino porque, sobre todo, nos indican dónde y cuándo debemos usarlas. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Diego, excelente blogs, te invito a visitar un modestísimo espacio. Es un intento, no pretende más.

http://marcarmi.blogspot.com
Cariños

Mari Carmen

Anónimo dijo...

Diego, equivoqué el blogs.

http://marcarmi.wordpress.com

cariños.

Myriam M dijo...

Vaya Diego, había invertido un buen rato en un comentario y se esfumó, supongo que es mejor así porque yo no tengo tu diplomacia con ciertos autores y a mí la Filología me "estropeó" el gusto y me lo hizo más enrevesado...

Yo en la lectura busco la emoción, la sorpresa, la palabra cotidiana sacada de su lugar, la imagen brutal que me descomponga, el reto, los guiños... la precisión me parece imprescindible, la sencillez no siempre...

Ah y recuerda que "el poeta es un fingidor", incluso cuando escribe sus poéticas, a veces miente sin darse cuenta...

Un abrazo,

Lilith

Diego dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diego dijo...

Lilith: la Filología suele obrar de ese modo, digamos que es un filtro al que van a parar todas las lecturas, y las que quisiéramos que salieran a veces no salen. Por lo menos para mí la Filología fue y sigue siendo así.
Comparto tu opinión sobre la sencillez, no siempre es imprescindible en literatura. Vamos buscando eso que tú llamas la sorpresa, el guiño, y eso lo he encontrado tanto en García Márquez como en Faulkner. Sólo me parece curioso que a través del tiempo tantos preceptistas y escritores hayan reivindicado la sencillez y no lo hayan hecho tanto con el estilo complejo. Sea como fuere, no por eso dejaré de leer a Góngora, a Sor Juana, a Joyce, a Faulkner (ni de quedar con la boca abierta frente a todos los cuadros barrocos del Prado), porque no me interesa tanto la sencillez como el estilo, como la certeza de que han sudado su tinta hasta encontrar nuevas puertas a las palabras.
Sobre autores en particular de esos que ya sabemos prefiero no gastar palabras, ni siquiera me resigno a nombrarlos, creo que ya están claras nuestras posturas. Un abrazo, gracias por tu aporte.

Myriam M dijo...

Una buena mezcla de ambas posturas es José Hierro, el poeta de mi tesis doctoral que nunca acabaré...

Si ya lo leíste sabrás lo que quiero decir, si no te recomiendo Agenda, El libro de las alucinaciones y Cuaderno de Nueva York, sencillamente mágico, vital y algo quevedesco. Una delicia...

Ah y es muy bueno con los sonetos

un saludo,

Lilith

Myriam M dijo...

Me olvidé de dejarte este link de un artículo que escribí sobre él...

http://www.diagonalperiodico.net/spip.php?article994

simalme dijo...

Cierto, qué cierto. Y escrito de manera precisa y sencilla.