2 de enero de 2009

Una bienvenida inesperada

El aeropuerto de Asturias es pequeño, íntimo, hasta podría decirse que familiar. Un ejemplo: desde la cinta de recogida del equipaje hasta la recepción no hay más de diez metros, y otros tantos desde esta hasta la salida.

Seguramente me vio a través del cristal, porque ni bien recogí mi última maleta empezó a sonar el Mozart que yo tan bien conocía, ese coro de jenízaros que tantas veces había cantado, silbado, tarareado... Era la música de una de las más hermosas óperas que conozco. Sentí un escalofrío momentáneo, pero quise negar el presentimiento mirando a mi alrededor en busca de algún turbante que hubiera pasado por alto durante el corto viaje desde Madrid. Nada. Y mientras tanto, la música sonaba poderosa del otro lado del cristal; la gente escuchaba, todo el aeropuerto había empezado a escuchar. Cuando salí, roja mi cara, trémulas mis piernas, Quelonio cantaba y daba pasitos de marcha en el lugar, al ritmo de los platillos, al lado del equipo musical. Así fue como quiso darme la bienvenida, aprovechando, sí, una música a propósito, pero sabiendo -sí, sobre todo- que mi implacable timidez no me permitiría disfrutar ni bienvenida ni música. Intenté pasar desapercibido, huir entre la gente, pero el aeropuerto de Asturias es pequeño, íntimo, y Quelonio estaba estratégicamente ubicado junto a la puerta de salida . Cuando me abrazó, me di cuenta de que seguía dando pasos de marcha.


.....Singt dem großen Bassa Lieder,..................Entonad canciones al gran Bajá

.....Töne, feuriger Gesang;............................... ardientes sonidos y cánticos

.....Und vom Ufer halle wider.......................... y que resuenen desde la orilla

.....Unsrer Lieder Jubelklang! ..........................ecos de nuestras canciones jubilosas.


.....Weht ihm entgegen, kühlende Winde,........Recibidlo, vientos refrescantes

.....Ebne dich sanfterm wallende Flut!............amansaos, aguas turbulentas.

.....Singt ihm entgegen fliegende Chöre,........ Cantadle, coros alados,

.....Singt ihm der Liebe Freuden ins Herz!......cantad a su corazón dichas de amor.



Mozart: El rapto en el serrallo. Director: Karl Böhm. Coro de la Ópera Estatal de Baviera.


10 comentarios:

Myriam M dijo...

Bienvenido seas también de mi parte Diego, me emocionó el fragmento, casi creí ver a Qulelonio dando con brío pasitos de marcha ¡Y es que la música acompaña!

Miss Morpheus dijo...

Menudo reencuentro... ¡Si es que Quelonio es un loco feliz! Tan cuerdo algunas veces pero a la vez capaz de de montar semejante escena para recibir a un amigo. Y es que intuyo que ya está tan de vuelta de todo que puede permitírselo... No dejes nunca de escuchar activamente lo que tiene que decirte; esas palabras bien valen unos minutos de vergüenza abrumadora.

(Sonrisa...) Muy divertido imaginar esa escena al son de la música...

Un abrazo y un placer tenerte de vuelta.

Yurena Guillén dijo...

Bienvenido, Diego. Espero que tu viaje haya sido como esperabas. Ya se te echaba de menos. Aunque, tras el recibimiento de Quelonio, poco podemos hacer el resto. Vaya bienvenida. Un abrazo. Me alegra tu vuelta.

Tristancio dijo...

Vaya con este Quelonio, que tiene sus delicados y apoteósicos gestos de bienvenida...

Pues nada, me uno a él para darte la bienvenida, aunque en silencio.

Un abrazo de tiempos nuevos y mejores.-

Anónimo dijo...

Bienvenido! Bueno, ya sabes que te he echado de menos... he venido a ver si habías actualizado (dijiste un mes) y bingo!

Qué bueno lo de Quelonio el abrazo a ritmo de Mozart...bueno es un buen recibiento.

Un besazo y feliz 2009!

Vintage dijo...

Así se recibe a un amigo.
Ves? no puedes enfadarte con él
gracias por la música y por volver
cuidate
muakkkkkkkkkkk

simalme dijo...

Feliz año

Hache dijo...

Diego, por una vez deberías vencer tu timidez y agradecer el recibimiento de Quelonio. Yo, que no sé que es la vergüenza, habría bailado con él y salido del aeropuerto marcando el paso, y tocando los platillos.

Bienvenido.

ARF dijo...

Lo que se es capaz de hacer por un buen Malbec mendozino...
Hubiera pagado por presenciar el canto y la marcha de bienvenida que te obsequió Quelonio. Por suerte pude verlo aquí, en tu desopilante y nítida prosa.

Un abrazo, y un placer volver a leerte.

Mixha Zizek dijo...

Un hermoso año para ti Diego y que las letras la buena música y los buenos amigos siempre estén contigo. Felicidad, amistad y amor para este año te deseo de corazón, aunque Quelonio se adelantó a todos nosotros, sólo queda reafirmar más visitas de Quelonio en tus entradas (muy esperadas y divertidas)
un abrazo grande con cariño