12 de marzo de 2009

La herencia de Edipo


Presentarte es alcanzable en tanto sean advertidas las deleznables acciones de tus antepasados, por cuyas culpas fuiste condenado al error. Así fue entre los tuyos, así lo explicó Solón. En nada podía valorarse la pulcritud moral de un hombre si en sus espaldas cargaba una herencia culposa. Si sus antepasados no habían saldado la deuda con los dioses, alguien -culpable o no- obraría finalmente como el purificador del linaje. Tu castigo, pues, lo debes no sólo a tu padre Layo, que faltó a la hospitalidad de los Pelópidas raptando y violando a Crisipo, sino también a tu abuelo, Lábdaco, en falta eterna, como Penteo, contra el irresoluto Dionisos. Alguien dirá que la maldición de Pélope fue llevada a término en la figura de esa Esfinge que enfrentaste y venciste, pero la maldición no había sido echada sobre ti, sino sobre Tebas. Al vencer a la Esfinge salvaste a tu pueblo, pero no a ti mismo; para los dioses, aún estaba pendiente esa deuda. Eras inocente, pero cargabas las faltas de tus antepasados, nada podía hacer tu estirpe real, tal era la maquinaria de una cultura de la culpabilidad. Tendrías un castigo, era inevitable, pero fue la naturaleza de ese castigo tu mayor condena. Fue el error de tu inteligencia que te indujo a reconocerte como el victimario de tu padre y el amante de tu madre. Abusaste de la luz que Apolo le daba a tus ojos y terminaste caminando en la oscuridad. Fuiste rey; hoy estás perdido entre las colinas a la sombra de los buitres. Pero nada has redimido con tu ceguera, Edipo; la consecuencia no fue la purificación definitiva de tu estirpe, sino la renovación de la culpa. Detrás de ti quedaban Etéocles, Polinices, Ismene y Antígona, los que no debieron haber nacido, tus hijos y hermanos, los frutos del incesto, del castigo mal otorgado, los nuevos inocentes culpables.

Yocasta: “¡Por los dioses! Si es que te importa algo, por poco que sea, tu propia vida, no indagues eso. Bastante hay con que sufra yo”. Sófocles, Edipo Rey, 1060



Imágenes: La plaga de Tebas de Charles Francois Jalabert, Edipo y Antígona de Antoni Brodowski.

Música: Tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto rey imaginario o no de Sui Generis.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La ley del Karma...
y una vez que queda saldada, has de averiguar cuál es tu misión aquí.

Me gustó Diego, me gustó, ¿ves como hago bien en regalarte? Tu también me lo haces a mí :-P

Noelia A dijo...

Muy buen post, siempre está eso en la literatura griega antigua, la idea de un destino irrefutable y el influjo inapelable de los dioses, que siempre son rencorosos y poco indulgentes.
Por algo Shakespeare pone en boca de Hamlet: "soy una broma del destino", algunos lo traducen como "juguete", tiene más sentido.
Por cierto, todo es intertextualidad, Hamlet mismo se me hace una reformulación de la muerte de Agamenón traicionado por su hermano y por su propia esposa, Clitemnestra, quien se había confabulado con su cuñado tras la ausencia de su marido (en este caso Orestes vendría a vengar la muerte de su padre, el cual se le aparece de la misma manera que se le aparece el rey padre a Hamlet)
Bueno, me fui por las ramas...
Pero es cierto, pobre Edipo, se marchó para evitar un destino que le iba a dar alcance...
Son muy crueles las deudas griegas, y lo que dijo malvada bruja no lo había pensado, pero es cierto, hay algo de kármico en todo eso.
Chau chau

Noelia A dijo...

Pucha, qué batahola con el término género, mira, como mera prode de lengua le doy puro uso morfológico en el estudio de la lengua, pero te confieso, no usé la palabra sexo porque hay quienes en su lectura rápida y superficial podrían equivocarse con su otro significado.
Es muy plomémico el tema, asi que creo lo voy dejando, es que me resultó imposible no poner de cabecera esa aclaración frente a ciertas cosas que dijo alguien en otro blog respecto del mío... y... se hizo un foro de discusión!! Pero me encanta tu precisión lingüística, ojalá todos pudieramos hacer un uso más enriquecedor de nuestra lengua, y lo etimológico me encanta, aunque que me encante no quiere decir que lo sepa manejar, en absoluto!!!
Gracias por tu comentario, me gustan los comentarios largos y enriquecedores.

Saludos

Noelia A dijo...

*profe

josef dijo...

Que preciosa es la mitología y cuando renace de tu pluma, entonces resulta un auténtico disfrute de dioses terrenos... ¡Magnífico! Yo soy un dios? Seguramente, porque algún tantepasado mío fue visitado y violado por cualquier dios del Olímpo, entonces...casi todos tenemos antepasados inmortales...

Anónimo dijo...

esta canción de sui generis es de las de mi adolescencia, qué maravilla

y tu recreación de edipo genial, es verdad que por muy héroe que sea uno los dioses no perdonan la deuda, pero confío en que sea parte del plan, los senderos del señor son intrincados como sabe todo el mundo

mi saludo

s

Yurena Guillén dijo...

De la obra de Sófocles, mi memoria siempre extrae el momento de la revelación, del descubrimiento. Cuando Edipo descubre que ha matado a su padre y desposado a su madre. Ésta se suicida y Edipo se arranca los ojos. No ver más. Ese instante es el momento más sobrecogedor, a mi juicio, de toda la historia.
Y eso de que hay algo de kármico, pues no lo sé.
Buena elección Diego. Un abrazo grande.

Fernando García-Lima dijo...

Nos ha dado por los clásicos a todos... Es lo que tienen, que se pueden aplicar a la ceguera contemporánea.

Diego dijo...

Bruja: sinceramente, no estoy muy informado sobre esa ley, aunque la escucho de ella con frecuencia. Un abrazo.

Noelia: no hay duda de que los mitos griegos han sido reformulados sin descanso, al menos en toda nuestra literatura occidental. Tal es su riqueza.

En cuanto a "género-sexo", has de saber algo: si en una lectura rápida de una frase como "di vuelta al perro para reconocerle el sexo", alguien interpreta la palabra "sexo" en su acepción de "placer venéreo" (por cierto, habría que tener algún grado mayúsculo de perversión, creo), pues el problema es del lector, no tuyo, porque es él y no tú quien ha utilizado mal el lenguaje. En cambio, si prefieres mantener la palabra "género" en esa misma frase, probablemente evitarás confusiones (o no), pero estarás usando mal el lenguaje. Personalmente, prefiero correr el riesgo de que alguien interprete mal una frase, al menos tengo un argumento normativo si surgen confusiones. Un abrazo.

Moderato: gracias. No entendí muy bien la relación que te llevó a ser dios. Un abrazo.

Amor y libertad: gracias por tu visita, bienvenido. Un abrazo.

Yurena: sí, el reconocimiento..., lo que se conoce como "anagnórisis" y que el mismo Aristóteles mencionó en su Poética como ingrediente esencial de la tragedia. Sin duda esa parte que mencionas es terrible. Un abrazo.

Fer: sí, no hay mayor luz que la que puede darnos un clásico. Un abrazo.

El peregrino dijo...

Cuánta fuerza la de sus palabras. Hay frases que me han petrificado y me han hecho revivir algunos de mis propios fantasmas.
Enhorabuena por la entrada y por el blog en general.
Te sigo desde ahora. ¿Se vale enlazar?
Saludos.

Dejame que te cuente dijo...

coincido con le comentarista aneterior...es que este texto resucita viejos fantasmas familiares....y deja mucho trabajo ala reflexion...
mi bisabuela...tuvo un hijo ya viuda...en realidad..eran muchos años los que llevaba viuda.......
el peso de su "falta" cayo en varias generaciones de mi familia...
afortunadamente esas cosas quedaron atras...eran otros tiempos....peeero...hay detalles , frases y anecdotas que jamas olvidas....

gracias por este regalo amigo...