Es la agonía de velas pasadas,
la alada sombra del último y el mismo
pájaro insomne, que es risa y es abismo
de recuerdos, de tus horas cansadas.
Son latidos de lunas ahogadas
por las cavernas de los silogismos,
que hieren y queman como el mecanismo
del vacío, de tus diosas postradas.
Y entre tinieblas no ves el plural
anuncio, el acero de los ríos
ni el aura de las carnes como fueran;
no puedes ver el sórdido animal,
el caminar certero de los fríos
ojos sin tiempo que miran y esperan.
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1 comentarios:
Me encanta tu estilo. Eres bueno.
Volveré por aquí si me dejas la puerta abierta.
Un saludo.
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