9 de enero de 2011

El español de un ¿gaucho?

El Centro Virtual Cervantes tiene la loable intención, entre otras muchas, de difundir las hablas de los diferentes rincones hispánicos. Pero me pregunto si siempre logra su cometido o si, por el contrario, todo queda en una intención. Esto viene a propósito de un fragmento que el CVC ha incluido en su Catálogo de voces hispánicas como ejemplo del habla gauchesca. El hablante fue encontrado en San Antonio de Areco (provincia de Buenos Aires), ciudad que ha pasado a ser uno de los destinos turísticos bonaerenses más atractivos, punto de encuentro de toda la tradición criolla pampeana.

Es cierto que nuestro hablante tiene a simple vista toda la traza de un paisano de la pampa, pero no nos confunda el envoltorio: Juan José Güiraldes (1912-2003), sobrino de Ricardo Güiraldes (autor de Don Segundo Sombra), fue aviador, empresario, periodista, escritor y presidente de Aerolíneas Argentinas. Pero ¿fue un gaucho? No caben dudas de que era un apasionado de la pampa, y fue esa pasión la que lo llevó a fundar en 1980 la Confederación gaucha argentina, desde entonces gran promotora de la cultura gauchesca. Personalmente, preferiría no arriesgarme a decir qué tuvo de gaucho y qué no, porque no poseo la suficiente competencia para ese tipo de juicios. Lo que sí puedo decir es que, desde el punto de vista lingüístico, y despojado de la parafernalia gauchesca, Don Güiraldes pasaría sin sospechas por un hablante culto de ciudad. Por eso hay que ser prudente al analizar el fragmento, porque no estamos en presencia de una variedad especial de español pampeano, estamos escuchando nada menos que la variedad estándar rioplatense. Cualquier desconocedor de esta variedad observaría lo descrito en la página web acerca de las características lingüísticas del fragmento y pensaría inmediatamente que ha escuchado un tipo de habla particular. Pero ¿cuál es el habla de los gauchos?, ¿dónde ocurre esa variedad? Lo que sabemos del habla de los gauchos lo debemos sobre todo a los poetas gauchescos, que eran poetas, no gauchos. Bartolomé Hidalgo, Estanislao del Campo, Hilario Ascasubi o José Hernández, entre otros, eran personas tan cultas como lo fue nuestro hablante de San Antonio de Areco; todos eran capaces de reconstruir un tipo de habla y una forma de vida, pero casi siempre con fines artísticos, no descriptivos. Por lo tanto, referirnos a un “habla gauchesca” como algo vivo puede ser a todas luces una inexactitud. Podemos hablar de ciertas particularidades fonéticas regionales, de un vocabulario propio del ámbito rural en el mayor de los casos, pero no al habla de un determinado tipo de habitante llamado “gaucho”. Porque al fin y al cabo, si nos regimos por la descripción del “gaucho neto” que hiciera Lucio Mansilla en Una excursión a los indios ranqueles, entonces podemos asegurar sin temor a equivocarnos que ese gaucho no existe, que esa figura ha sido más una idea, una expectativa, un “querer ser” -como dice don Güiraldes-, que una realidad. Seguramente existió en Martín Fierro, en Juan Moreira, tímidamente en Sombra, en algún cuento de Borges y alguna página de Adán Buenosayres, pero seguiríamos hablando de literatura...

Como vemos, a veces no alcanzan las buenas intenciones, porque al fin y al cabo también yo podría vestirme de gaucho y acaso pasaría como tal. Lamentablemente, lo único que delata ese fragmento es que no ha existido un mínimo de reflexión en torno a él, que alguien ha visto un hombre vestido de gaucho y pensó que sería suficiente para escuchar, si no a un gaucho, al menos el habla rural. Y esto sí que es triste, porque la riqueza del gaucho es inmensa como la tierra que pisa; es humilde, silenciosa, íntima, y siempre empieza donde termina su imagen.



4 comentarios:

Noelia A dijo...

Bien decís, Diego. El gaucho, en tanto gaucho, ya no existe, pues lo que lo definía como tal no era sólo la mezcla de indio y español que llevaba en la sangre, sino también su modo de vida. Vivía en taperas (casillas hechas de cuero y sostenida mediante estacas), andaba siempre a caballo (el caballo y el gaucho, se ha llegado a decir, eran una sola entidad) y, además, subsistía de la cría de ganado y de su faena.La característica principal era la marginación, vivía en el medio de dos sociedades que lo evitaban por igual, la de los indios y la de los conquistadores y extranjeros.
Lo que Güiraldes precisamente pinta en Don Segundo Sombra es el declive de esa comunidad, la extinción del gaucho, el cual, al cambiar su modo de vida e incorporarse a la sociedad y a su forma burguesa, deja inmediatamente las caracterísitcas que lo identifican. Se presume que por eso el "Sombra" en su novela(o sea, la sombra, lo que queda de lo que una vez fue) Y no, Güiraldes no era gaucho, era un hacendado, así que tampoco creo que su hijo lo sea. De hecho, creo que ningunos de los escritores de la llamada literatura gauchesca fue gaucho. Y si se tiene que elegir a alguien como el mayor exponente literario, sería Hernández, que no encomillaba las palabras "gauchescas"si no que las asumía.
De hecho, ahí debajo de la foto del hijo de Ricardo Güiraldes dice:
"Los gauchos eran payadores, cantores populares, que en sus cantos y discursos mostraban seseo, voseo, yeísmo y un amplio repertorio de usos"
Eran. De modo que este hombre puede ser un sucesor de algunas de sus costumbres y tradiciones, pero no creo, sinceramente, que pueda ser un gaucho.
Interesante entrada, Diego.

Mixha Zizek dijo...

Muy cierto Diego.
Aquí regresando a leerte y reflexionando a través de tus escrito.
Me encontrado con muchas voces y expresiones parecidas aparentemente, donde una palabra tiene significados distintos dependiendo del país.
Ahora tu haces un referente a la voz argentina y su interculturalidad. Tu texto me hace recoradr a un texto que leí hace un tiempo, las diferencias entre el lunfardo y el gauchesco. Sin embrago al leer me preguntaba la intención referencial del texto a donde apuntaba, el cual era una recreación cultural mas que diferenciación. Porque para mi no tienen ninguna relación en absoluto me refiero como definición.
No he leído el texto que anuncias pero me has dejado con curiosidad, porque soy una estudiosa de la literatura argentina, trataré de ubicarlo.

POr ahora blogiando trato de recobrar tiempos y espacios y regocijarme en ellos como antes y siempre.

Besos gigantes.


(no olvides mi propuesta está en pie)

Rodrigo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rodrigo dijo...

...pero Señor, como puede un detallista como ud. librarse a la buena de ...¿Dios?... y poseer una cuenta de mail tan vaga y poco elaborada como las de Hotmail? Escriba a relhaibe@gmail.com y le recomendare alguna conveniente para sus fines literarios...
Atte...
"Quien nunca estuvo ni estara de acuerdo"