29 de junio de 2008

Sonata a Kreutzer

En la película Immortal Beloved de Bernard Rose, asistimos a una escena en que el violinista y futuro asistente de Beethoven, Anton Schindler, se encuentra escuchando un ensayo de la Sonata a Kreutzer. Beethoven se acerca a él y le dice:

-La música es... una cosa terrible. ¿Qué es? No la comprendo. ¿Qué hace?
-Exalta el alma –responde Schindler.
-Una absoluta tontería. Si oyes una banda marcial, ¿se exalta tu alma? No. Marchas. Si oyes un vals, bailas, una misa, tomas la comunión... La música tiene el poder de llevar a uno directamente al estado mental del compositor. El oyente no tiene alternativa, es como el hipnotismo. Entonces bien... ¿qué había en mi mente cuando escribí esto?

Este diálogo es nada menos que la adaptación de otro escrito por Tolstoi para su relato “La sonata a Kreutzer” (1891). Se sabe que la audición de la sonata de Beethoven impresionó profundamente a Tolstoi, que decidió entonces escribir una historia basada en esa música. El resultado es una obra maestra en la que Tolstoi conjuga con tal destreza la tortuosa psicología del hombre celoso y el patetismo esa música, que por momentos su lectura se hace realmente perturbadora. Al comentar sus impresiones sobre la sonata, el protagonista explica lo que luego tomará la película para la escena que hemos citado:

"¿Conoce usted el primer tiempo, el presto (...) ¡Oh...! Esa sonata es terrible. Precisamente ese tiempo. En general, la música es terrible. ¿Qué es? No lo comprendo. ¿Qué es la música? ¿Qué efecto produce? ¿Y por qué actúa de este modo? Dicen que eleva las almas. ¡Es absurdo! ¡Es mentira! Ejerce una gran influencia (me refiero a mí mismo), pero no eleva el alma en modo alguno. No hace que el alma se eleve ni descienda, sino que la irrita. ¿Cómo explicarle esto? La música me obliga a olvidar la existencia, mi situación real; me transforma. Bajo su influencia me parece sentir lo que no siento, entender lo que no entiendo y ser capaz de lo que no soy en realidad. (...) La música provoca en mí el estado de ánimo que tenía el compositor al escribirla."

A fin de entender mejor esta historia, dejo aquí el “terrible” primer movimiento de la Sonata a Kreutzer de Beethoven, interpretada en el violín por Nathan Milstein.

1 comentarios:

Rodolfo N dijo...

Espectacular blog, amigo!!!!
Cuanta calidad en cada uno de tus post.
Un abrazo y realmente es un blog para recomendar!