11 de septiembre de 2011

Sobre el terror

"No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre, ¡qué humillación incomparable, qué vértigo!"
Jorge Luis Borges, "Las ruinas circulares"

Alguna vez, hablando sobre The village (2004) , el director M. Night Shyamalan señaló que no debía entenderse como una película de terror, sino sobre el terror. La diferencia es crucial, y si muchos seguidores de Shyamalan se vieron en su día defraudados por el devenir de la acción, eso no ha sido en absoluto culpa del director, sino de una lectura equivocada de su intención poética, de una interpretación a través de un lente que no era el adecuado. Si empezamos a juzgar una película confundiendo el género, probablemente no sacaremos nunca conclusiones acertadas.    

The village es una película sobre el terror, un símbolo de la manipulación de la voluntad de una sociedad cuando esta es sometida a una clase de miedo implantado sistemáticamente. Hagamos creer a un grupo de personas del siglo XX que vive en un pequeño pueblo del siglo XIX. Ubiquemos el pueblo en medio de un bosque y digámosle a la gente que dentro del bosque existe un monstruo, una bestia asesina que acecha día y noche a su pueblo. Pongamos pruebas de la existencia del monstruo: animales muertos, simulacros de ataque al pueblo, ruidos, olores... En verdad no es mucho, pero lo suficiente como para que el engranaje del miedo empiece a funcionar. Luego llegarán las historias, el abuelo que le contó al padre y este que le cuenta a su hijo. Creada la tradición del miedo, el monstruo pasa a formar parte de la ceremonia cotidiana, pasa a ser un integrante que la sociedad necesita para mantener su identidad. Si el monstruo desaparece, desaparece la base mítica de una sociedad. Luego, hay que mantener vivo al monstruo.

Veamos ahora un pequeño fragmento de un documental italiano estrenado en 2008, sin perder de vista lo que acabamos de decir sobre The village:


En este punto es donde yo mismo empiezo a sentir el verdadero terror. Ya no se trata de creer la historia de una bestia que acecha la sociedad donde vivo, una historia que acaso me infunde un miedo cotidiano. Se trata de tomar conciencia de que también yo estoy formando parte de la historia, también yo soy un personaje más del guión sin mayor voluntad que la que me ha dado el autor. "Había una vez un monstruo y  muchos hombres y mujeres creían en él". Mi verdadero terror empieza cuando me descubro entre esos hombres y mujeres, cuando descubro que he sido inventado por alguien, que no he pensado por mí mismo. Incluso en este momento en que la lucidez parece asomarse, queda la duda. Me pregunto si es verdaderamente lucidez u otra estrategia retórica del que me está escribiendo.    

3 comentarios:

Yurena Guillén dijo...

Terror al tomar conciencia de lo que está sucediendo o al descubrir qué es lo que realmente ha sucedido. Quitar velos a una mentira hasta desnudarla y zas... el sentimiento del que hablas. Trasladado a cualquier aspecto de nuestra vida personal o a cualquier situación vivida como miembro de una comunidad.

En cuanto a Shyamalan, te he de decir que me encanta su cine. Como bien dices, si te venden una película de terror y luego te encuentras con The village, probablemente te sentirás estafado. Creo que cualquier película de este director ha de ser vista con la premisa de lo extraordinario ¿Estás dispuesto a creer en lo que ves? Como una especie de acto de fe.

Un abrazo.

Miss Morpheus dijo...

El miedo paraliza hasta tal punto que perdemos la capacidad para pensar y racionalizar lo que escuchamos y/o vemos. Solo "creemos"... y ante tamaña incertidumbre, permitimos (no sé si consciente o inconscientemente) que los demás piensen por nosotros. Se lo permitimos porque es la única manera de dar sentido a algo que para nosotros no lo tiene, y por lo tanto, hemos de creer lo que nos dicen. Imagino que es un mecanismo de defensa que desaparece cuando el tiempo pasa y ya no estamos tan asustados. Y es cuando nos sentimos aterrorizados al ver lo indefensos y vulnerables que podemos llegar a ser.

clases particulares madrid dijo...

Excelente artículo.